domingo, 9 de julio de 2006

El radicalismo y los "acuerdos" electorales - Documento de Pensamiento y Acción

Diversos núcleos procedentes de la Unión Cívica Radical propugnan la concreción de diversos acuerdos de carácter electoral de cara al 2007.

Por un lado, algunos gobernadores e intendentes elegidos en representación de la U.C.R. parecen inclinados a aceptar el llamado a "concertación" efectuado por el presidente Néstor Kirchner.

Por otro, dirigentes del radicalismo de diversas vertientes que impulsarían la candidatura presidencial del ex ministro peronistas Roberto Lavagna en coalición con el sector del Partido Justicialista que respode al ex presidente Eduardo Duhalde.

Ambas posturas se han expresado por propugnar frentes electorales con agrupaciones políticas extrañas al margen de los cuerpos orgánicos partidarios competentes para resolver en definitva.

Frente a este desolador panorama parecería adecuado recordar que el radicalismo, desde sus mismos orígenes, fue refractario a las alianzas y acuerdos de mero tinte electoralista. Leandro Alem en su polémica con Bartolomé Mitre que dividió a la Unión Cívica sostuvo: "No acepto el acuerdo, en esto soy radical", y nació la Unión Cívica RADICAL.

Años después, Hipólito Yrigoyen su continuador, en ejercicio de la presidencia del Comité de la Provincia de Buenos Aires en carta fechada el 29 de setiembre de 1897 al Presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical Dr. Bernardo de Irigoyen, cuando se proponía la política llamada de "Las Paralelas" con la agrupación denominada Unión Cívica Nacional liderada por Mitre, marcó el carácter más firmemente doctrinario de la definición intransigente y antiacuerdista.

"Encarrilar dos partidos que han revelado diversa tendencia y que manifiestan mantener propósitos distintos, es no sólo una transgresión a su fe política, sino también neutralizar dos fuerzas que se rechazan, acercar elementos para producir entre ellos la anarquía, inutilizar la capacidad política de cada uno y esterilizar sus iniciativas extraviando el criterio público.

"La transformación social y política de la República debe comenzar por efectuarse en los partidos, aumentando sus fuerzas con el ejemplo constante de la firmeza indeclinable de su conducta y de su patriotismo abnegado.

"Sólo los partidos que no tienen más objetivo que el éxito aplauden a benefactores que los acercan al poder a costa de sus propios ideales...

"Cuando se abriga fe en la causa por la que se ha combatido, se salva ante todo, la pureza del principio, en la convicción de que horas propicias le darán la victoria; porque los pueblos que llevan en su seno un porvenir grandioso avanzan siempre en las conquistas de sus verdaderos anhelos...

"Estamos plenamente convencidos de que la anormalidad e inestabilidad política de la República, son debidas a la falta de partidos orgánicos con creencias fundamentales y propósitos definidos, y por lo tanto creemos que no puede esperarse ningún bien público, si para ello ha de requerirse la destrucción del Partido Radical, que es el único que tiene impreso ese carácter...

"La República habrá nuevamente caído en el mayor desconcierto y la opinión, sujeta al vaivén de los sucesos, no encontrará una institución política donde pueda acudir en busca de la reacción definitiva...".

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