Bernardo Grinspun era un político economista: el siempre ponía énfasis en la naturaleza política del conocimiento de la ciencia económica. Consideraba la política como una articulación de lo social, lo cultural, y lo estrictamente económico: la suya era una resignificación de la economía con un sentido armonizador y unificante. De ningún modo ello excluía su profunda versación de las diversas escuelas económicas, aunque sus inclinaciones tenían claramente raíces keynesaianas. Con extremo rigor, podía exponer soluciones y propuestas en el corto plazo, para las situaciones críticas, como en la planificación a largo plazo.
Grinspun era hombre de teoría, y de acción: su participación durante muchos años en la conformación de los programas y propuestas del Radicalismo, siempre tuvo el compromiso y la pasión de un radical con hondo sentido de lo social y lo popular.
Y en política era un hombre de Partido. Un cuadro orgánico, ideológicamente hablando de la Unión Cívica Radical, desde su formación como dirigente universitario y como militante de la Juventud Radical en la década del 40. , que articula lo social, los cultural y lo estrictamente económico con una resignificación armonizadora y unificante. Se sentía cómodo en el mundo de los políticos, aunque los consideraba conforme a la disciplina institucional peculiar en ese tipo de organización de la democracia moderna.
Detestaba que lo mencionaran a el o a cualesquiera de los otros colegas de la disciplina económica como un “economista radical”. “Soy simplemente un radical. El radicalismo es un partido de ciudadanos, y por lo tanto somos toodos iguales, y no interesa nuestra profesión para clasificarnos. No hay obstetras radicales, ni panaderos radicales, ni plomeros radicales”, decía con ese humor rudo y al mismo tiempo lleno de reflejos sutiles que lo caracterizaba.
Durante el Gobierno del Presidente Illia –19663-66), fue Secretario de Comercio exterior, en el equipo formado en torno al Dr. Eugenio Blanco ( por breve tiempo ministro de economía, y prematuramente fallecido en ese cargo). El núcleo original lo formaban Félix Elizalde, Alfredo Concepción, Germán López, Enrique García Vázquez, Roque Carranza, Antulio Pozzio, Enrique García Tudero; y desde otro angulo igualmente coincidente en lo ideológico, figuras que integraron luego el Gabinete de Raul Alfonsin, como Conrado Storani, (quien habia sido Secretario de Energia de Arturo Illia), Norberto Bertaina, Gustavo Calleja, entre otros.
Era el mismo ideario que llevó adelante la política y el programa de la Union Cívica Radical, en el primer bienio del Gobierno de Raúl Alfonsin –1983-1985 - y que lo tuvo a Grinspun como Ministro de Economía. En ese periodo creció el salario real de los trabajadores, y se obtuvieron importantes éxitos en la gestión de la deuda externa argentina, sin aceptar lo que según el programa del Radicalismo, constituía deuda ilegítima.
Fue en ese tiempo que Grinspun mostró todo el vigor de su pensamiento y de su personalidad en la defensa del interés nacional, en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y los otros organismos de crédito, como igualmente, en la ronda Uruguay de la Organización Mundial del Comercio.
Defensor de YPF, de los ferrocarriles estatales y de la participación directa del Estado en la Industria siderúrgica y la petroquímica, Grinspun demostró que era posible llevar a cabo una gestión exitosa en cumplimiento de los principios nacionales y populares de la doctrina y los programas históricos del Radicalismo desde la sanción del Programa de Avellaneda.
Grinspun ponía especial énfasis en los aspectos económicos del salario: era defensor de una remuneración alta según el sistema del salario mínimo vital y móvil. y en la participación importante de los trabajadores en la distribución de los recursos del país, en la promoción de la Industria nacional y el concepto del crédito dirigido a los sectores de la producción Defensor de las políticas de pleno empleo y del nacionalismo economico, Grinspun era un seguidor del pensamiento social de Crisologo Larralde. Grinspun fue un hombre vasta cultura, que excedía largamente la disciplina del economista. Proveniente de los sectores populares – una familia de los barrios obreros de Avellaneda – nunca olvido sus origenes, y tenía un trato llano y afable, un espiritu generoso, y de honda sensibilidad humana. Dejo, en el pensamiento de los radicales, y en las concepciones de una democracia con sentido social, un vacio que aun extrañamos.
OSVALDO ALVAREZ GUERRERO
FUNDACIÓN ARTURO ILLIA
INSTITUTO NACIONAL YRIGOYENEANO
1 de abril de 1928. YRIGOYEN PLEBISCITADO
Hace 6 años.
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