Por: Diego Barovero
Abogado - Prof. Derecho Constitucional
El domingo 24 de junio los ciudadanos porteños volveremos a concurrir a las urnas para elegir el Jefe y el Vceje de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Será en el marco del "Ballotage" o segunda vuelta, normado por la Constitución local en su artículo 96.
El instituto constitucional - previsto asimismo en la Constitución Nacional y varias constituciones provinciales para la elección del Poder Ejecutivo - es originario de Francia, donde fue introducido a partir del nacimiento de la V República para dotar al presidente de mayor legitimidad al obligarlo a reunir más de la mitad de los sufragios si ninguno de los candidatos alcanzara dicho guarismo en el primer turno electoral.
Los estudiosos del sistema han efectuado una categorización de situaciones a la luz de las experiencias producidas en los últimos años tanto en Europa como en América latina, en los cuales rige el mecanismo del ballottage.
1. La doble primera vuelta: en este caso, el ballottage reitera el escenario producido en el primer turno electoral en el cual el primero vuelve a salir primero y el segundo vuelve a salir segundo, con la particularidad que el triunfador obtiene una amplia ratificación que le otorga una mayor legitimidad a su victoria. El caso emblemático es el de Lula da Silva en Brasil en las elecciones de 2002 y de 2006. El más reciente el de Nicolás Sarkozy en la cuna del Ballotage, Francia. Existen algunas variantes, pero siempre se ratifica el triunfo del candidato que obtuvo más votos en primera vuelta.
2. La del 2°+3°>1°: aquí se produce una ecuación en la que se privilegia la aritmética electoral. Un triunfo no demasiado holgado de quien obtuvo más votos en la primera vuelta puede favorecer la posibilidad de que el segundo y el tercero unidos terminen desplazándolo. El «leading case» es la elección de la República Oriental de Uruguay en 1999, cuando la alianza del Partido Colorado y el Partido Nacional birló en la segunda vuelta la presidencia al Frente Amplio consagrando presidente a Jorge Batlle.
3. Todos contra el yanki: denominación acuñada en experiencias centroamericanas, en las que se genera una coalición natural de todas las expresiones minoritarias para cortarle el paso a quien salió primero porque genera temor su fortalecimiento en la segunda vuelta. Una especie de «no nos une el amor, sino el espanto». Este esquema se dio claramente en la elección de Perú en 1990, cuando todos los partidos menores, incluyendo las izquierdas, terminaron apoyando al desconocido candidato independiente Alberto Fujimori para impedir el acceso al poder de Mario Vargas Llosa.
4. Los siete enanitos: los expertos lo consideran una deformación o vicio del sistema. Es la antipolarización. Se produce cuando existe una multitud de candidatos minoritarios que llegan a la elección en una situación de paridad, que genera una fuerte incertidumbre, toda vez que los que concurren a la segunda vuelta pueden estar separados entre sí y respecto de los demás por pocos puntos o décimas.
Cuál de todos estos escenarios puede llegar a producirse en el caso de la Ciudad de Buenos Aires es la incógnita a develar.
Publicado por AMBITO FINANCIERO
1 de abril de 1928. YRIGOYEN PLEBISCITADO
Hace 6 años.
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