Aportes para la reflexión y análisis de la coyuntura política
y la estrategia electoral de la UCR para 2009
En la actual situación política de la República Argentina se hace imprescindible reflexionar acerca del saldo que deja 2008 y avanzar en las definiciones estratégicas para el año que comienza, convencidos del rol que desempeña la Unión Cívica Radical en el devenir histórico de nuestro país.
El presente año ha significado, en términos políticos, la confirmación y consolidación del modelo autoritario y centralista del gobierno justicialista de Néstor y Cristina Kirchner.
En efecto, hemos asistido al atropello sistemático hacia las instituciones de la República democrática (Congreso, Poder Judicial, Consejo de la Magistratura, autonomías provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) los medios de comunicación, los empresarios y el campo, los trabajadores que no se adocenan bajo la tutela sindical oficial, y, lo más grave, hacia los sectores más desprotegidos de la sociedad, para los cuales se siguen instrumentando acciones clientelistas que consolidan un modelo de dependencia con el poder de turno.
En lo económico, 2008 finaliza con nuestro país sufriendo las consecuencias de la imprevisión oficial frente a la crisis financiera y la virtual recesión global.
Lejos de los anuncios iniciales del gobierno que colocaban a la Argentina a resguardo de la crisis, hoy nos encontramos con ella golpeando a los sectores más débiles sin que el oficialismo asuma la verdadera dimensión del problema.
La corrupción a la vista de todo el pueblo argentino no hace más que condimentar un escenario complicado; los amigos del poder siguen ganando licitaciones, los valijeros siguen libres y las estadísticas públicas son manejadas al antojo de los esbirros.
Para colmo el año finaliza con una gravísima decisión del gobierno tendiente a una moratoria indiscriminada y a un blanqueo de capitales que constituye un virtual lavado de dinero de origen espúreo y que clausurará las causas judiciales por evasión y otros casos de corrupción financiera.
En el marco descripto, a lo largo de 2008 la Unión Cívica Radical ha comenzado a revertir una situación desfavorable y a recuperar la consideración social.
La labor de sus bancadas de diputados y senadores durante el debate parlamentario de la Resolución 125, la estatización de Aerolíneas Argentinas y el presupuesto 2009; así como el voto del Vicepresidente de la República que significó el desempate en la histórica sesión del pasado 17 de julio, leído por la sociedad como un voto ético que lleva implícito la adhesión a los principios de la UCR, han permitido que nuestro centenario partido vuelva ser visualizado, aún en forma incipiente, como una alternativa política homogénea, seria y consistente frente al actual escenario de desgobierno kirchnerista.
No menor ha sido el papel desempeñado por los organismos de conducción de la UCR que, luego del fracaso de la experiencia de apoyo a la candidatura del ex ministro justicialista Roberto Lavagna, asimiló la necesidad de reconstrucción partidaria dando paso a un proceso de normalización de todos los distritos, de manera de garantizar la legítima representación de todos los radicales en cada uno de los cuerpos orgánicos partidarios y efectuando un llamamiento a los radicales que por diversas causas emigraron hacia otras experiencias políticas.
En esa misma dirección, la elección de la nueva Mesa de Directiva de la H. Convención Nacional, presidida por una figura prestigiosa y de profundo sentido radical como el Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, ha revitalizado al órgano decisorio más importante de la UCR y que por muchos años estuvo silenciado.
En definitiva, este fin de año nos ofrece un escenario nacional complicado en el cual la UCR vuelve a ser valorada por la opinión pública, no sólo por los errores ajenos imputables al gobierno nacional del PJ dominado por el matrimonio Kirchner, sino también por sus propios aciertos al reencauzar su acción política en sintonía con su historia, su doctrina y sus principios históricos.
Este nuevo escenario nos plantea la necesidad de discutir los desafíos para el año que comenzará en breve.
En esa dirección creemos oportuno plantear algunos aportes para el análisis y el debate en torno a la estrategia política y electoral de la Unión Cívica Radical en 2009.
La UCR como fuerza histórica de la emancipación nacional se encuentra en pleno proceso de reconstrucción y reorganización, reunificando y fortaleciendo su estructura orgánica desde una perspectiva democrática y participativa fiel a su historia y tradiciones.
Con ese espíritu se encuentra abocada a la definición y construcción de la alternativa política de gobierno capaz de llevar a cabo una acción reparadora hacia la sociedad y el Estado que vienen sufriendo una sistemática destrucción por obra de la gestión cesarista e intolerante que conducen el ex presidente Kirchner y la presidenta Fernández de Kirchner.
Las elecciones 2009 son de carácter exclusivamente legislativo, ya que se renuevan los mandatos de la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la Cámara de Senadores, renovándose también por mitades las legislaturas provinciales, la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los concejos deliberantes.
Sin abjurar de la vocación de construir coaliciones y frentes electorales teniendo en cuenta la grave situación institucional que atraviesa la República Argentina en virtud de los abusos de poder del oficialismo peronista kirchnerista, creemos que no es imperioso instrumentar alianzas de mero carácter electoral.
Consideramos que lo que se debe impulsar es la formación de coaliciones programáticas de carácter parlamentario sobre la base de coincidencias fundamentales en aspectos institucionales y socioeconómicos, para propender a la constitución de una nueva mayoría en el Congreso y los poderes legislativos provinciales para consolidar una alternativa de gobierno válida y competitiva que pueda aspirar al triunfo en los comicios generales de 2011 que a su vez asegure la gobernabilidad y sustentabilidad del proyecto.
La UCR, a pesar de la diáspora que se produjo en sus filas luego de la crisis de 2001/2002 y la posterior política de cooptación que llevó adelante el kirchnerismo, se ha mantenido como primera fuerza opositora con estructura territorial nacional, asumiendo un rol protagónico tanto en el ámbito legislativo como en el escenario político y en la calle frente al debate de la agenda política del último año.
El Partido, superado el error político y estratégico que ha significado presentarse como furgón de cola de un candidato peronista que inmediatamente después de la elección volvió sobre sus pasos retornando a su fuerza de origen y pidiendo la bendición del ex presidente Kirchner para reingresar al gobierno , está en condiciones de consolidar su perfil a través de una oferta electoral consistente, convincente, seria y consonante con los intereses de las mayorías populares.
Sin perjuicio de considerar auspiciosa la apertura de canales institucionales de diálogo entre la UCR y otras fuerzas políticas democráticas de oposición como el Partido Socialista y la Coalición Cívica, entendemos que la UCR debería concurrir al próximo turno electoral con la histórica Lista 3 en todos aquellos distritos en que pueda hacerlo, promoviendo una coalición parlamentaria sobre la base de coincidencias ideológicas y programáticas fundamentales con aquellas fuerzas sin renunciar a los principios doctrinarios radicales.
Dicha coalición debe ser lo más amplia y abarcadora posible, pero sin perder la identidad y características ideológicas, canalizando a todos los sectores, aún los que provienen de la estructura madre de la UCR, habiendo abrevado en sus ideas, en su doctrina y en su conducta histórica, constituyendo un modelo de virtudes de civismo e institucionalidad.
Reivindicamos el rol de la H.Convención Nacional como órgano máximo de la UCR para fijar los lineamientos fundamentales de la política de alianzas y establecer la plataforma programática, y exhortamos al cese de operaciones mediáticas que pretenden instalar decisiones inconsultas, sin sustento orgánico ni avaladas por el debate legítimo y franco por parte de los cuerpos orgánicos competentes conforme a la Carta Orgánica partidaria.
Sostenemos el principio federalista que establece y reconoce la autonomía de los distritos para el establecimiento de la mejor y más apropiada estrategia electoral y la constitución de frentes con fuerzas y partidos políticos afines, sin desmedro de la competencia de la H. Convención Nacional para la definición de las grandes líneas antes mencionadas.
“Si la Unión Cívica Radical cayera en el error de confundirse con el medio imperante, tendría que convocarse nuevamente a la voluntad nacional, porque se habría falseado su misión histórica y perdido su carácter político. Sería menester condensar nuevas fuerzas para continuar la lucha, cada vez más dificultosa, porque a los males previstos y conocidos, se habría agregado esta tremenda apostasía de su fe. Y no hay drama más siniestro que la pérdida de fe por un pueblo”. (Hipólito Yrigoyen)
Diego Barovero - Fernando Blanco Muiño
Convencionales Nacionales
2 comentarios:
Muy interesante la reflexión. Creo que ha sido un año positivo para el radicalismo. Un partido centenario que está vivo y tiene mucho que aportar en esta nueva etapa de la Argentina. Debo ser sincero: no voté a Lavagna, sino a un partido que presentaba un candidato de extracción radical. La UCR debe nuclear a gran parte de la oposición y quiero estar orgulloso (como lo he estado más allá de aciertos y errores de gestión)con un candidato auténticamente radical. Un abrazo y Adelante!!!
Muchas gracias por tu comentario, Hugo. Coincidimos en muchas cosas. Un saludo radical afectuoso
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